
Cualquier intento de equidad, de desarrollo nacional, es motivo para que salgan al ataque, a retar a sus ciervos.
En mesas grandes se juntan los asesinos trangenicos, los clientelistas bigotudos, y la mafia empresarial.
Pero la periferia vuelve a erguirse, a mirar a los costados, a unirse.
La resistencia no es en vano.
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